El tratamiento físico-químico es el proceso de separación de partículas y líquidos de poca densidad de la fase líquida en la que se encuentra. Normalmente se efectúa por introducción de gas en el líquido. Este se somete a una presión constante que va de 2 a 4 atmósferas, en presencia de aire suficiente para saturar el agua. Una vez que el agua está saturada de gas en disolución, se vuelve a la situación primitiva de presión atmosférica haciéndola pasar a través de una válvula reductora de presión. En este nuevo estado se producen una gran cantidad de burbujas que ascienden en el medio líquido y son expulsadas en la atmósfera. Estas burbujas arrastran los sólidos suspendidos así como los líquidos no disueltos en agua (grasas y aceites) a la superficie desde la que son barridas por medios mecánicos. El agua tratada se extrae del tanque de despresurización por un conducto próximo al fondo y puede o no, ser recirculada a cabeza de tratamiento.
Este tratamiento se lleva a cabo en equipos de flotación por aire disuelto (DAF) capaces de eliminar de un 30 a 60% de sólidos suspendidos y de un 50 a 80% de sebos, aceites y grasas.
DAF Tratamiento Físico - Químico
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